Desde Fecavem no nos hemos cansado de oponernos, con argumentos, sobre el no al Impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono CO2. Y no nos han hecho caso. Ni a nosotros ni al resto de entidades de prestigio y conocimiento como Anfac, Faconauto, Fomento del Trabajo Nacional, Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Cataluña, RACC, entre otros. Seguro que me dejo otros que tampoco les han escuchado lo suficiente.
Ahora ya tenemos encima las liquidaciones del Impuesto CO2 y muchos contienen fallos, incongruencias y contrastentidos tan evidentes, que hacen bueno el dicho de que «lo que empieza mal, acaba mal». Lo afirmo porque imponer un nuevo impuesto en contra de las recomendaciones de tantos expertos y tantas voces de colectivos heterogéneos, es empezar con mal pie. Los errores, incongruencias y contrasentidos que encontramos ahora son muchos y así de mal estamos. No lo decimos nosotros, sino la misma ciudadanía que se ha encontrado de bruces este impuesto repentino. Y argumentamos el no:
- Es evidente que el censo de la Dirección General de Tráfico, DGT, no era idóneo para gestionar ese nuevo impuesto.
- Por su antigüedad, en un 30% de los vehículos censados no figuran sus emisiones. Así pues, resolver esta carencia con un algoritmo que nadie entiende ya nadie han contado no es lo más adecuado, sobre todo si muchos perjudicados mantienen el vehículo porque el cambio de éste requiere disponer de unos recursos que no tienen…
- Existe una liquidación de un gestor de flotas, un único sujeto pasivo con una lista de 600 vehículos erróneos. Me parece inadmisible que deba pagarse antes de presentar recurso cuando hay tantos errores en las liquidaciones.
- Un ejemplo: una liquidación contiene un Citroen Dyane 6 que está dado de baja hace más de 30 años y el pagador puede justificar su baja en la DGT.
- No tiene sentido que tributen los residentes en Cataluña porque es evidente que el parque circulatorio de nuestra casa tiene un gran número de vehículos que son de no residentes.
- La configuración del impuesto resta atractivo a los gestores de flotas de implantarse en Cataluña. Qué gran contrasentido, pero lo es aún más si esta realidad se traduce en una menor recaudación de otros impuestos como el IVA, el impuesto de matriculación y el de circulación en Cataluña.
- Al igual que el impuesto de circulación, este impuesto grava lo mismo, es decir, la tenencia de un vehículo.
- Lo mismo se paga tanto si el vehículo mide 10, 15.000 o 150.000 kilómetros anuales. Si se desea grabar por las emisiones reales, esto no tiene sentido.
- Este impuesto no se paga en el resto de España. Las emisiones de dióxido de carbono son un problema global, mundial y que sólo pagan los catalanes. No tiene ningún sentido y teniendo en cuenta que estamos intentando salir de una crisis económica derivada de la Covid-19.
- La liquidación se practicará nueve meses después de su devengo. Todos sabemos de impuestos muchos más complicados como son el de la renta, sociedades, patrimonio y sucesiones y los plazos son menores.
- Este primer recibo del año 2020 está bonificado, pero al año siguiente del 2021 no. Esto el ciudadano lo sabrá el próximo año.
- La ley del cambio climático se aprobó en el 2017 y la española en el 2021 y con una rápida lectura se puede comprobar que la española sigue una filosofía bien distinta y que no articula este impuesto.
- No está nada claro que el destino de los recursos tributarios del impuesto vayan a solucionar el problema de fondo. Se graba por las emisiones de los vehículos de tracción mecánica, pero en lugar de sanear el parque móvil, se destinan a otros fines.
- Con alguna excepción, tributan los vehículos en situación de baja temporal cuando es evidente que no son aptos para circular.
- Y termino con un contrasentido de los comerciantes del motor, pues éste disponen de vehículos que son mercancía, que no circulan porque su destino a la venta y pagan como cualquier otra.
Y termino con un contrasentido de los comerciantes del motor, pues este disponen de vehículos que son mercancía, que no circulan porque su destino a la venta y pagan como cualquier otra.