2024 ha sido un año de contrastes para el sector de la automoción en España. Aunque el mercado de turismos ha superado el millón de unidades vendidas, todavía estamos lejos de las cifras precovid de 1,2 millones. Esta situación refleja una recuperación parcial pero insuficiente para alcanzar los objetivos necesarios para la sostenibilidad del sector.
Uno de los aspectos más destacados es el aumento generalizado de las matriculaciones impulsadas por el canal de alquiler y un parque móvil que crece en volumen y media de envejecimiento, que supera los 14 años. Estas dos tendencias ponen de manifiesto la necesidad de adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado y las necesidades de la ciudadanía y las empresas.
Sin embargo, el mayor reto es cumplir con los objetivos de emisiones marcados por Europa. Para ello, será imprescindible que el 25% de las matriculaciones en 2025 sean de vehículos eléctricos. De lo contrario, el sector podría enfrentarse a multas considerables y la difícil decisión de dejar de vender hasta 175.000 vehículos de combustión. Esta situación no solamente afectaría al mercado nacional, sino también al empleo, las inversiones y la competitividad del sector.
Además, la producción española, que se exporta en un 75%, está afectada por la debilidad de los mercados de destino como Alemania, Francia e Italia. Esta dependencia externa subraya la necesidad de reforzar el mercado interno y buscar nuevos mercados de exportación.
El coche eléctrico, aun siendo una solución prometedora, todavía presenta problemas de precio, carga y autonomía. La preferencia de los consumidores por vehículos híbridos refleja una paulatina transición hacia la electrificación. En este contexto, resulta vital impulsar el rejuvenecimiento del parque automovilístico y reformar el programa MOVES III para hacerlo más eficiente y accesible.
Por último, la obtención de materias primas como el litio para las baterías y la competencia de los fabricantes chinos son factores que influyen en el presente y futuro de la automoción. Las alternativas como las baterías de iones de sodio o las pilas de combustible de hidrógeno ofrecen soluciones prometedoras, pero todavía hace falta tiempo para su implementación masiva.
En conclusión, el sector de la automoción se encuentra en un momento trascendental, con grandes retos por delante, pero también con oportunidades para quienes sepan adaptarse e innovar. La clave es encontrar el equilibrio entre las necesidades del mercado, las regulaciones ambientales y las expectativas de los consumidores.