Desde la automoción privada catalana, Fecavem y el Gremi del Motor y la Movilidad de Barcelona, nos hemos sumado al consenso de la rueda de prensa celebrada por Foment del Treball y Barcelona Oberta este viernes, 8 de septiembre.
¿Los motivos? Una sentencia judicial reciente que ha dado la razón a los demandantes: el proyecto de las supermanzanas de Barcelona se hizo alterando y sin estudiar la viabilidad respetando el Plan General Metropolitano y ordena el regreso a las vías transitorias de la calle Consell de Cent.
Más allá de lo que ocurra a partir de ahora, los cambios se hicieron sin atender a las reivindicaciones económicas y sociales de la ciudadanía de Barcelona. A modo de ejemplo, cabe recordar que Barcelona Oberta agrupa hasta 7.000 comercios que alertaron de los efectos de alterar el PGM sin orden.
Queremos subrayar que este reverso judicial al legado de ocho años de incertidumbres, falta de escucha y entendimiento del gobierno de la ya exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es dura, histórica, contundente y marca un precedente. Además, es el segundo reverso que sufre la exalcaldesa puesto que el primero fue también, por la vía judicial, tumbar la implementación absoluta de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) tal y como ordenó por imperativo.
Sabemos que todas las ciudades realizan proyectos de transformación, pero cabe destacar que en ninguna gran capital generan la fuerte confrontación social como ocurre en Barcelona. El consenso implica renuncias por parte de todos, no sólo por un lado. Y la situación es límite.
Las afectaciones del Pla son variadas: ahora los coches pasan por otras calles, los comercios cambia las cosas y los vecinos también. Nosotros nos sumamos a la predisposición al diálogo con el nuevo equipo municipal liderado por el alcalde socialista, Jaume Collboni. El proyecto impugnado es un proyecto de alcance municipal y no callejero. Actualmente, no existen estudios de su repercusión en la economía, circulación y sociales, tan sólo un dossier de 20.000 páginas con cifras sin justificar y datos fragmentados. Hay que sentarse, dialogar y ordenar la ciudad.