Los aranceles adicionales sobre los coches eléctricos fabricados en China seguirán adelante, pese a las conversaciones en curso con este país. La Comisión Europea ha dado luz verde definitiva a la imposición de estos aranceles y ha cerrado oficialmente la investigación iniciada hace un año. Los aranceles se aplicarán durante los próximos cinco años. Bruselas seguirá negociando con Beijing para intentar alcanzar un nuevo acuerdo.
Con estas medidas, adoptadas después de una investigación rigurosa, se quiere preservar unas prácticas de mercado justas y la base industrial europea. Los aranceles adicionales se suman al tipo del 10% vigente y varían según la marca.
La Unión Europea afirma que los aranceles adicionales son necesarios para compensar los efectos de una generosa ayuda estatal que permite a los productores chinos vender sus coches a precios artificialmente bajos en comparación con sus competidores europeos.
Como resultado, las ventas de vehículos eléctricos de las empresas chinas han aumentado a un ritmo extraordinario. Bruselas actúa para prevenir un eventual cierre de plantas en Europa y el despido de miles de trabajadores, escenario que empieza a concretarse.