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El vehículo eléctrico se frena

La prestigiosa marca Ford sirve como ejemplo para ilustrar a nuestro titular. Desde Estados Unidos, nos llega la noticia de que Ford ha dado marcha atrás en su estrategia del coche eléctrico, asumiendo unos elevados costes extras ya que suspenden inversiones, aplaza la puesta en marcha de una nueva planta industrial y cancela nuevos productos .

De esta forma, el fabricante de automóviles asumirá un coste extra de 1.900 millones de dólares por la medida en Estados Unidos y aprovechará para reposicionar su estrategia de abastecimiento de baterías eléctricas. Esta estrategia empresarial tiene repercusión en las matriculaciones y el mercado del vehículo de ocasión, como queda patente en los gráficos que acompañamos.

La electrificación de la automoción es una apuesta europea con un escenario 2035 que se anunció abiertamente y que ha introducido normas que impulsan sustanciales cambios en las estrategias de los grandes fabricantes y que abre una oportunidad de negocio a muchas nuevas empresas que creen en el vehículo eléctrico.

Desde España y Cataluña, seguimos el, PNIEC o Plan Integrado de Energía y Clima que persigue una reducción de las emisiones ambientales, marcando unos objetivos anuales que no se están cumpliendo, según informa ANFAC en su barómetro de electromovilidad, que se actualiza trimestralmente.

El nuevo escenario de la electrificación debe ser fruto de la colaboración pública y privada y nos encontramos en estos momentos, en un punto de inflexión que es necesario reconducir. Cada agente, cada operador sacará su valoración respecto a esta realidad, pero lo que se evidencia es que es necesario introducir importantes cambios para enderezar el camino que iniciamos hace unos años.

En esta línea, le recomendamos la última entrevista al portavoz de Fecavem, el secretario general Joan Blancafort. Para el canal televisivo Betevé, Blancafort argumenta que entre los motivos de la desaceleración está la «falta de confianza de los futuros compradores», las dificultades para encontrar una red de recarga extensa y los retrasos a la hora de recibir las ayudas estatales para adquirir vehículos de estas características. Blancafort recuerda que “Barcelona está bien abastecida en cuanto a puntos de recarga”, pero reconoce que el problema llega cuando “te quieres mover y viajar por el resto de Cataluña o España”. Cree que es necesario invertir para mejorar la red. En la ciudad hay 1.000 puntos de carga y el objetivo es llegar a los 3.000 puntos de cara al 2025.