La regulación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se ha aprobado por Real Decreto el día 27 de diciembre, con el fin de mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático. Todos vemos o leemos noticias que nos alertan y las ZBE son las medidas presentadas por el gobierno español.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha facilitado los requerimientos para que las entidades locales puedan desarrollar su proyecto de Zonas de Bajas Emisiones y además y en paralelo, el Gobierno les ha dotado de financiación para impulsar una movilidad más sostenible e inclusiva y con menor impacto ambiental.
Esta financiación pública se atribuye a las administraciones públicas para que impulsen un cambio modal en el que el principal beneficiario es el transporte público, en detrimento del resto de opciones de transporte. Este real decreto es imprescindible para el desarrollo de los proyectos ZBE y llega sólo cuatro días antes de la implantación obligatoria de las ZBE para los municipios obligados. Es un margen de tiempo tan estrecho que es de imposible implantación.
Tampoco ayudan a las elecciones municipales de mayo: como las restricciones generan reacciones favorables y contrarias a quienes las imponen, no es el momento de asumir riesgos. Sin duda, en los próximos meses iremos conociendo los proyectos ZBE y estaremos muy atentos a su letra pequeña.
Un proyecto de ZBE no es una carta blanca para su promotor y esto toma especial relevancia para los partidos políticos dogmáticos. Para evitar situaciones indeseadas, cada proyecto debe respetar un procedimiento laborioso y complejo, elaborar un proyecto detallado y obtener los recursos financieros para desarrollarlo.
Por nuestra parte y como entidad que agrupa a empresas que ofrecen a sus clientes soluciones de movilidad mediante vehículos a motor, velaremos para que el uso de estos vehículos sea adecuado; que los proyectos en las diferentes áreas urbanas sean homogéneos entre sí, para dotar de seguridad jurídica a particulares y empresas; que se compatibilice el desarrollo económico y la calidad del aire; que se atienda a que no todos los desplazamientos de origen a destino son iguales; que las medidas sean adecuadas y suficientes sin excesos, coherentes y proporcionadas; que no perjudiquen a las zonas contiguas; que incentiven la renovación del parque; que las medidas que se adopten estén justificadas por su eficacia; que se respeten nuestros derechos de participación de la ciudadanía; que se apliquen criterios homogéneos en lo que respecta a la distribución de mercancías entre ZBE contiguas; que la señalización de las ZBE sea clara y homogénea para la ciudadanía; que se establezca una red de recarga acompasada al crecimiento del parque.
En definitiva, en 2023 tenemos como reto seguir la implantación de los proyectos y estaremos muy atentos y trabajando para un objetivo compartido como lo es la mejora de la calidad del aire y la mitigación del cambio climático.