La negociación colectiva en el sector refleja los problemas de nuestro país. Estamos viviendo un panorama de negociación colectiva complejo. Existen dos factores clave: la incertidumbre y la inflación, que están dificultando los acuerdos. Así pues, todo ello configura un gran un sudoku donde existen dos objetivos finales contradictorios que son: por un lado, mantener el poder adquisitivo de las rentas salariales, que es irrenunciable para la parte sindical; del otro que por este motivo se puede producir una afección a la propia espiral inflacionaria en lo que se llama la inflación de segunda vuelta.
Debemos tratar de contener la inflación sin perder poder adquisitivo, porque la inflación es muy negativa. Los últimos datos publicados de la OCDE, en fecha 26 de septiembre de 2022, tampoco ayudan: el crecimiento en España se rebaja y se queda en un 1,5% para 2023 y la inflación cerrará este próximo mes de diciembre rozando nueve todos dos dígitos del IPC.
La amenaza de un otoño caliente está presente, ya estamos viviéndola, con el añadido de que se acercan elecciones municipales y generales, ambas para 2023. Esto provocará un proceso de movilización creciente. La negociación del Convenio de la industria siderometalúrgica está marcado por la judicialización y la sentencia, que ha tensionado la negociación entre las partes y, a día de hoy, las posturas se mantienen distantes.
Y en lo que se refiere al Convenio del comercio del metal, se sigue negociando. Por el momento ya efectos prácticos, seguimos sin publicar las tablas salariales. En definitiva, esperamos llegar a un acuerdo para hacer frente a un complicado otoño e invierno.
Por otro lado, Observatorio del Trabajo presenta en esta infografía los indicadores clave de la negociación colectiva en Cataluña y señala un incremento salarial pactado del 2,53% de media en los convenios colectivos con efectos económicos en 2022.