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Formación: las tensiones entre las necesidades de las escuelas y las empresas


El Secretario General del Gremio del Motor y Portavoz de Fecavem, Joan Blancafort, pone de relieve en este artículo el desequilibrio existente entre demanda y oferta en lo que respecta a la formación en el sector de la distribución de automoción. Este artículo también se ha publicado en la revista de la Patronal Foment del Treball, donde estamos adheridos.

La pandemia penaliza la actividad de las empresas de la automoción

La penosa etapa de la pandemia de la covid, ha marcado muchas actividades económicas, como nos ocurre en el sector de la automoción; al que se le ha añadido una derivada: la frenada de ventas por la falta de microchips. Nos encontramos, pues, que la pandemia penaliza la actividad comercial de las empresas de automoción.
Y frena el interés en participar en proyectos formativos Las matriculaciones de vehículos nuevos se han resentido y la actividad comercial de los concesionarios se resiente y baja, por lo que muchas empresas con la actividad en horas bajas, difícilmente pueden colaborar en proyectos formativos.
Esto nos lo encontramos en el proyecto formativo gremial. Y de rebote en el proyecto formativo que el Gremio del Motor de Barcelona impulsa enfocado a los comerciales de la automoción. Los alumnos de este último curso han completado la etapa formativa en la escuela y llega el primer momento de mantener el primer contacto con la empresa y nos encontramos con este desajuste entre oferta y demanda.

Llegado este punto, revisamos la tarea llevada a cabo

Los centros de formación, el Departamento de Enseñanza y el Gremio del Motor como entidad que agrupa a las empresas, han colaborado en la preparación de los alumnos y ajustar su perfil profesional a las necesidades del sector. Y nos encontramos con la realidad de un mercado que sufre dificultades. Llegado este punto, revisamos la tarea llevada a cabo.

Llevamos cuatro ediciones del curso, el temario está consolidado y responde a las necesidades actuales

Las empresas necesitan incorporar a personal joven con unos conocimientos que las escuelas y el personal docente imparten. Las empresas y el sector colaboran y ofrecen actividades diversas relacionadas con la formación. La coordinación entre los actores del proyecto es fluida y ágil. Pero en el momento de poner en contacto a los alumnos con las empresas, la realidad se impone. La solución no es fácil, porque esta realidad es consecuencia de una coyuntura económica que afecta a los sectores de actividad de forma diversa. Vamos a palmos. Los proyectos formativos necesitan constancia pero, en cambio, la actividad empresarial fluctúa.

Un proyecto formativo requiere sostenibilidad en el tiempo y constancia

La continuidad de toda actividad formativa, como la empresarial, requiere una sostenibilidad en el tiempo. En el caso de las empresas, su actividad fluctúa con el mercado pero, en cambio, los proyectos formativos deben mantenerse en el tiempo para garantizar la calidad de la formación recibida.
Los centros de formación mantienen su interés si las empresas participan. Los centros de formación mantienen su interés si las empresas participan. En el caso de los centros de formación, es necesario que cada año haya tantos o más estudiantes como plazas se ofrecen, para asegurar su sostenibilidad. El centro se esfuerza en ofrecer una alta calidad de formación en una especialidad en su zona de influencia y es necesario que ésta coincida con las necesidades de las empresas.

Los centros de formación trabajan para garantizar una salida profesional a sus alumnos. Los centros de formación trabajan para garantizar una salida profesional a sus alumnos. Y si no es así, el centro posiblemente acabe cambiando a la especialidad más solicitada para asegurar a los alumnos una formación profesional adecuada al mercado de trabajo.
Y esta situación acaba impactando en la inserción laboral y en el propio proyecto. Independientemente de la calidad que haya ofrecido el centro formativo.

El papel de la Administración pública frente a esta situación, la pregunta que nos hacemos rápidamente es en qué medida pueden contribuir. La solución no es fácil y tampoco única, y seguramente requiere reforzar el triple compromiso que involucra al sector empresarial, a los centros formativos ya la Administración.

Una solución es buscar más colaboración centros-empresas en base a convenios de colaboración entre y que los riesgos de estabilidad del proyecto sean compartidos. Por ejemplo, una empresa puede acordar con un centro de formación que sea su escuela insignia de su especialidad, en base a que el resultado debe ser positivo para la empresa que obtiene profesionales cualificados y el centro poder mantener el proyecto formativo .
El valor de la buena orientación académica al alumnado. El valor de la buena orientación académica al alumnado es clave para las escuelas. La orientación académica en los centros debe procurar que sus cursos tengan la mejor salida profesional posible. Y ese propósito debe mantenerse en el tiempo.
Es necesario que en los proyectos, las empresas estén más presentes en el seguimiento de los proyectos formativos En fin, es necesario que en los proyectos, las empresas estén más presentes en el seguimiento, para transmitir sus posibilidades y que los centros tengan la oportunidad de garantizar una empleabilidad, para proporcionar una visión que permita a centros y estudiantes realizar una selección valorando la situación del mercado de trabajo y la posible progresión en éste, es decir, la proyección profesional a futuro.

Más colaboración centros-empresas

Una solución es buscar más colaboración centros-empresas en base a convenios de colaboración entre y que los riesgos de estabilidad del proyecto sean compartidos. Por ejemplo, una empresa puede acordar con un centro de formación que sea su escuela insignia de su especialidad, en base a que el resultado debe ser positivo para la empresa que obtiene profesionales cualificados y el centro poder mantener el proyecto formativo .
El valor de la buena orientación académica al alumnado. El valor de la buena orientación académica al alumnado es clave para las escuelas. La orientación académica en los centros debe procurar que sus cursos tengan la mejor salida profesional posible. Y ese propósito debe mantenerse en el tiempo.
Es necesario que en los proyectos, las empresas estén más presentes en el seguimiento de los proyectos formativos En fin, es necesario que en los proyectos, las empresas estén más presentes en el seguimiento, para transmitir sus posibilidades y que los centros tengan la oportunidad de garantizar una empleabilidad, para proporcionar una visión que permita a centros y estudiantes realizar una selección valorando la situación del mercado de trabajo y la posible progresión en éste, es decir, la proyección profesional a futuro.