La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), ha presentado esta misma semana su informe sobre el vehículo autónomo y conectado, donde se publica cuál es el desarrollo tecnológico aplicado a los vehículos y las infraestructuras viales, para impulsar medidas en futuro de conectividad y autonomía.
Las conclusiones son bastante interesantes. Por lo que respecta a la autonomía, el estudio parte de una clasificación técnica a 6 niveles que van desde el 0 o conducción manual al 5 o vehículo autónomo sin conductor; y estableciendo hasta cuatro niveles intermedios.
Vehículo autónomo
En cuanto al análisis del entorno, los aspectos más relevantes son la ciberseguridad (protección) de los dispositivos de los vehículos, la conectividad y disponibilidad en el territorio de acceso a la red de internet, la inversión o el esfuerzo tecnológico público y privado, la calidad de infraestructuras y el número de vías rápidas de carreteras en nuestra casa.
El informe indica el nivel real de la oferta actual de vehículos con el nivel máximoy pronostica la oferta potencial a futuro. Aunque ya existen turismos plenamente autónomos del nivel 5, la media actual de la oferta es nivel 2 en turismos. Este resultado viene motivado por que muchos disponen de asistentes a la conducción que pueden controlar el movimiento del vehículo. Sin embargo, se constata que la tecnología va por delante de la normativa, puesto que en nuestro país la ley no prevé la circulación automatizada (nivel 3) con ciertas limitaciones. Actualmente, en el aspecto de la tecnología, ya se incorpora un 23% de la oferta total.
Vehículo conectado
Las funciones más destacadas del vehículo conectado son la accesibilidad y el control de la información del vehículo, la seguridad de las personas, el confort de los ocupantes, el mantenimiento y el diagnóstico remoto y finalmente, el control de flotas. Los turismos y vehículos comerciales incorporan prioritariamente sensores de seguridad y los industriales y buses, en el mantenimiento y diagnosis remota.
El estudio concluye que España tiene una buena base para avanzar y dispone de una tecnología 5G destacada y buenas infraestructuras. La tecnología permitirá comercializar vehículos que permita la circulación autónoma y que, en el momento actual, se comercializan unidades del nivel 3. Un uso que facilita al usuario activar la conducción automatizada pero con ciertas limitaciones.