A pesar de las críticas a las actuaciones que puso en marcha el gobierno de Ada Colau en Barcelona durante el estado de alarma para ganar espacio en la ciudad para peatones, ciclistas y transporte público, al considerar el Ayuntamiento positiva la reducción de tráfico y contaminación que comportó el confinamiento, la alcaldesa sigue adelante. Aunque comerciantes y restauradores denunciaron que, por la recesión económica por la pandemia, no es el mejor momento para hacer experimentos con la movilidad, Colau ha asegurado este jueves que los cambios que se han hecho hasta ahora han sido “un grandísimo éxito” y responden a “reivindicaciones vecinales”, y ha anunciado un segundo paquete de medidas en la misma línea, que esta vez le ha valido reproches por parte del sector de la automoción. Costará 2,17 millones de euros y lo protagoniza una obra que se pondrá en marcha en octubre en la calle Aragó, una de las soportan más tráfico de la ciudad, para que gane un carril para bicicletas en el lado mar entre la avenida Meridiana y la calle Tarragona, que sustituirá a uno de los seis que tiene para vehículos a motor.
“Durante el confinamiento hubo una caída histórica de la contaminación y Barcelona se convirtió en una ciudad con un aire más limpio en la que se oía a los pájaros. Un informe de la Agencia de Salud Pública señala que si siempre tuviéramos un aire tan limpio se evitarían 800 muertes anuales. No podemos volver a la normalidad de la contaminación”, ha afirmado la alcaldesa.
Junto a la la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y la concejala de Movilidad, Rosa Alarcón, Colau ha explicado que entre las actuaciones previstas, que en su mayoría empezarán en octubre, también está habilitar carriles bici unidireccionales a los dos lados del paseo de la Zona Franca, entre la plaza Cerdà y Motors.
Además, la capital catalana sumará 2.850 metros cuadrados más de acera, con la ampliación de las de la Ronda Universitat y la del lado mar de Pelai -entre la Ronda Universitat y la plaza de Catalunya-.
Por otro lado, en el cruce de Rocafort y Consell de Cent, cuyos bordillos se han ensanchado recientemente, se eliminará asfalto para plantar 17 metros cuadrados de verde a partir de la semana que viene. También se instalarán bancos y elementos para fomentar que los niños jueguen.
Está previsto, asimismo, con “la voluntad de mejorar la conexión metropolitana”, ha señalado Alarcón, crear un segundo carril bus de salida en la avenida Diagonal, entre Pius XII y la Zona Universitaria, y ensanchar los existentes en esta vía. También se habilitará uno más en el tronco central de la Gran Via en dirección Besòs, entre el paseo de Gràcia y Marina, y otro en la avenida Esplugues. Además, se mejorarán los accesos a las estaciones de autobuses de Sants, el Nord y Sant Andreu Arenal.
Por otro lado, de las 60 calles secundarias que desde mayo se cierran a diario al tráfico entre las 9 y las 21 horas, se seguirán cortando 34, en las que las vallas, ha apuntado Sanz, se sustituirán por señalización. Gracias a estos cortes, previstos en vías como Carme, Finlàndia, Galileu, Sant Gervasi de Cassoles, Verdi, Lletres, Cubelles o Taulat, entre otras, los peatones contarán con 41.700 metros cuadrados más para caminar que antes de la pandemia.
En otoño, además, se volverán a cerrar al tráfico fines de semana algunas de las arterias principales de la ciudad, una iniciativa que ya se puso en marcha antes del brote de coronavirus, pero de una forma más esporádica que la que está planificada.
Via Laietana y los ejes carretera de Sants-Creu Coberta y paseo de Sant Joan-Pi i Margall estarán cortados todos los sábados y domingos. Por su parte, Gran de Gràcia y el eje Fabra i Puig-Onze de setembre se restringirán al tráfico un fin de semana al mes; y Aragó, un domingo al trimestre.
La patronal catalana de la automoción Fecavem ha criticado las medidas del gobierno municipal de Barcelona porque considera que discriminan al vehículo privado en un momento de necesidad sanitaria.
30.000 metros cuadrados más para el peatón con las primeras medidas
El primer paquete de actuaciones que puso en marcha el Ayuntamiento ha permitido sumar 21 nuevos kilómetros de carril bici y 30.000 metros cuadrados más para el peatón con pacificaciones de calles, cortes de la circulación de vehículos a motor en laterales de avenidas y ampliaciones de aceras.